Intenté cruzar la calle para ver el vestido de cerca y mientras lo hacía, me imaginaba con él en Cuernavaca o tal vez en una boda de jardín, por supuesto mintiendo sobre el origen del vestido cuando me lo chulearan; me imaginé caminando en la playa tomada de la mano de H mientras el viento lo hacía ondear vaporosamente, tal vez en un romántico picnic comiendo uvas con queso y bebiendo vino decente...
Pues ahí voy de valiente, porque después de todo, llevo 3 meses yendo al gimnasio y bueno, 3 meses son 3 meses ¿no? Cuando me decido a probarme el vestido (por que sí, había un pequeño probador en el puestito del mercado, hasta me dieron una tarjeta: “Diceños Shanel, de Tepito para el mundo”, pensé que básicamente algún vidente lo había diseñado para mí, ya que subió hasta su lugar sin ningún problema y hasta lo sentí un poco holgado, ¡esto de hacer ejercicio 2 veces por semana, aunque no le ponga muchas muchas ganas, si que funciona! Salí del pequeño vestidor para verme al espejo y ¡PUM! un ventarrón azotó la calle abombando el vestido, haciéndome ver como una tutsi pop pero con dos palos.
Solté una carcajada junto con la marchanta que intentó bajarme el vestido a su forma original, solo que en realidad, el ventarrón apenas le dio un poco más de volumen, el resto era yo, yo y los 200 helados de menta con chocolate que me comí en todas mis depresiones, yo y las 300 pizzas que me zampé mientras veía películas románticas imaginando que me pasaban a mí, yo y lo 5 millones de chocolates que me comí tratando de sustituir el sexo, (antes de H desde luego). Dios, tengo que recuperar mí figura, tengo que hacer más ejercicio, tengo que ponerme a dieta, tengo que salir a correr, no más donas de azúcar, no más botanas y vinoterapias, no más antojitos los viernes, tengo que pensar que hacer, por donde empezar ¿por donde?...
Nuevo mantra: No debo comprar ropa en el mercado, no debo comprar ropa en el mercado...
Yo creí que iba a ser: No debo comprar más antojitos en el mercado... o No debo ir a comprar ropa cuando hay viento... o No debo ir al río con el mismo cántaro.. en fin, son demasiados "No debo"
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